no dejas que mi mente descanse de vos,
ni de tus gestos,
ni de tu piel,
ni de tus rasgos al darte el sol..
Pertenezco a lo más profundo de tu pecho,
aunque no lo sabes,
no sos consciente de ese hecho.
Volás mi inconsciente en cada sueño,
tu presencia se vuelve infame,
y allí, mi destino, incierto.
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