Te apoderaste de mí,
y de mi ser,
mi alma completa se mece al escuchar tu nombre,
y al verte de frente, mi cuerpo responde.
Al divisarte a la distancia,
mi mirada te abraza,
acaricia tu nuca,
besa tus labios de azúcar,
te atraviesa como lanza.
Lejos, raspando el cielo,
las ramas más finas bailan,
quieren parecerse a tu cabello,
ya que son ellos los dueños del alba.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario