miércoles, 5 de noviembre de 2014

Retrocedes, y venís como nunca.
Con altura, y con seguridad.
No importa nada ya.
Retrocediste, tomaste carrera y venís con envión.
Ya estas cerca.
Ya estas en la costa.
Te asomaste al borde de mi alma, y quisiste más. 
Tomar mi costa no te fue suficiente.
Y así fue como arrasaste con mi ciudad.
Llegaste al centro.
Qué triste, pensé que ibas a cuidar de mi..
De mi centro.
Te dí mi inmensidad,
y vos destruiste mi corazón, 
fuiste por él, era tu blanco.
Te confundí con el cielo, 
creí que eras él, 
acercándose a envolverme.
Así, como llegaste, 
osaste irte.
Dejando atrás, 
mi alma despedazada..
Mil pedazos sin forma,
incapaces de encajar en alguna parte.
Y aún sabiendo lo que me hiciste, 
te di lugar a replicas,
confié en vos, 
te deje llegar y abarcarme,
pero no supiste aprovecharlo..
Y hoy de nuevo,
soy pedazos.
Soy la nada, 
[la nada no es, 
entonces] no soy nada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario